Conoce esta receta de conducta moral y ética, autodisciplina,
y, en última instancia, un estilo de vida yóguico.
El yoga es una práctica indígena que tiene su origen en Egipto y el valle del Indo, dos civilizaciones antiguas que datan de hace más de 5000 años. Uno de los mitos más dañinos que crea el borrado de la esencia del yoga es que es simplemente un entrenamiento. El yoga es una filosofía holística que nos regala un conjunto de principios que nos enseñan cómo podemos navegar la vida de una manera espiritualmente alineada.
Los Yoga Sutras describen estos principios en un sistema de ocho ramas. Los Yoga Sutras son un conjunto de sutras (escrituras) que describen la teoría yóguica. Fueron escritos alrededor del año 500 a. C., durante la época medieval de la India, por un sabio llamado Patanjali.
Los sutras definen las ocho ramas del yoga, que nos enseñan diferentes facetas de cómo encarnar el yoga (unidad) en mente, cuerpo y espíritu. Ahora se consideran un aspecto fundamental importante de la tradición yóguica india. Las ocho ramas de los Yoga Sutras están destinadas a aprenderse en el orden en que se enumeran aquí.
Una persona debe dominar cada paso antes de continuar con el siguiente.
1. Yamas
Yamas son los principios que nos enseñan cómo tratar a los demás y al mundo que nos rodea.
Estos incluyen:
Ahimsa (no hacer daño)
Este principio se refiere a comportarse de una manera que nutre el crecimiento y contribuye a . la fuerza vital que nos rodea. El yoga y el activismo son mentalidades interrelacionadas de esta manera. La justicia social busca elevar y liberar a todas las personas del daño, lo cual es ahimsa en el trabajo dentro del colectivo. Este principio se trata de tratar y cuidar a los demás como una extensión de nosotros.
Satya (veracidad)
Todos usamos máscaras o diferentes personalidades, según con quién estemos interactuando. El yoga nos pide que nos quitemos la máscara y encontremos nuestro yo verdadero y auténtico, y que actuemos desde este yo. Cuando somos capaces de mostrar este verdadero yo al mundo, vivimos más cerca de la realidad y no dentro de maya (ilusión). Decir la verdad no siempre es el camino más fácil, pero es el más noble.
Asteya (no robar)
Este principio no es tan literal como simplemente "no tome artículos materiales de otros". Se trata de respetar la energía, el tiempo y los recursos de otras personas. Para practicar Asteya en las relaciones personales, debemos crear y respetar los límites. Esto también se puede aplicar a nuestra Tierra. Cuando tomamos de la tierra sin devolver, estamos creando un desequilibrio, que no es el camino intermedio del equilibrio que el yoga nos pide que caminemos.
Brahmacharya (abstinencia)
Esto se puede aplicar como celibato total, pero también se puede realizar simplemente tratando nuestra fuerza de vida primaria como sagrada. Llevamos energía sexual dentro de nosotros, y el yoga pide que, en lugar de difundirla en muchas direcciones sin pensar, la usemos conscientemente de manera que se alinee con el resto de la filosofía del yoga.
Aparigraha (no acaparamiento)
Se ha dicho que la codicia es la raíz de todos los males. La codicia proviene de una mentalidad de escasez. Esto da como resultado que las personas se aferren demasiado a la riqueza, los artículos materiales y las personas, lo que perpetúa el daño. Para vivir de una manera espiritualmente alineada, debemos confiar en que siempre tenemos suficiente, permitiendo que el dinero, los artículos y otras bendiciones entren y salgan de nuestras vidas con facilidad. Es imperativo que sigamos exigiendo que nuestros sistemas sociales operen también desde un lugar de Aparigraha.
2. Niyamas
Los niyamas son los estándares por los cuales debemos practicar la autodisciplina.
Saucha (limpieza)
Aunque los gurús y las escrituras de yoga recomiendan bañarse regularmente, comer limpio y mantener limpio el espacio propio, este principio también se refiere a tener pensamientos puros y positivos sobre uno mismo y los demás. Cuando estamos limpios de mente, nos convertimos en canales claros para que lo divino entre en nosotros.
Santosha (contento)
Debemos practicar la capacidad de sentirnos completamente satisfechos con la forma en que todo está ahora mismo en este mismo momento. Vivimos en un sistema capitalista en el que se nos dice que siempre luchemos y queramos más, lo que significa que nunca estamos satisfechos con lo que ya tenemos. Cuando podemos simplemente sentarnos y sentirnos completos con cómo son las cosas en el presente, estamos practicando yoga.
Tapas (calor)
El dicho es que la práctica hace al maestro, y la razón de esto es que el esfuerzo repetido produce el dominio de lo que estamos tratando de aprender. Tapasya nos recuerda que a veces el proceso de dominio puede ser doloroso, pero este dolor (o calor) puede usarse para alimentar nuestra práctica y permitirnos crecer y aprender de ella.
Svadhyaya (autoconocimiento)
El Bhagavad Gita dice: "Yoga es el viaje del yo, a través del yo, hacia el yo". El yoga está destinado a ser un proceso de investigación directa de nuestro mundo interno. Cuanto más nos sumergimos, más podemos aprender sobre la naturaleza infinita de nuestra conciencia.
Este principio yóguico a menudo se olvida en la visión occidental del yoga como ejercicio porque gran parte de él se externaliza: nos preguntamos cómo nos vemos en una postura, si somos lo suficientemente delgados o sentimos la necesidad de competir con otros en clase. El verdadero yoga es un proceso personal que no tiene nada que ver con el mundo exterior o cómo somos percibidos.
Ishvarapranidhana (entrega total a lo divino)
Un programa de 12 pasos ayuda a muchas personas que sufren de adicción. El primer paso para la recuperación es rendirse a un poder superior. La razón por la que esto es tan medicinal es porque nos permite dejar de lado la necesidad de controlarlo todo. Cuando nos damos cuenta de que hay fuerzas mayores en juego en nuestras vidas, comenzamos a navegar por la vida con humildad y asombro.
El yoga nos pide que busquemos un ser divino supremo (lo que sea que eso signifique para nosotros personalmente) y que nos permitamos conectarnos con él a través de nuestra práctica. Como puede ver, las dos primeras ramas del yoga (que deben dominarse primero) se refieren más a cómo vivimos que a cómo hacemos ejercicio. El resto de las extremidades nos enseñan a practicar yoga en nuestro cuerpo físico y mente.
3. ásanas
Asana es la práctica de las posturas de yoga. Pantajali enseñó la práctica física del yoga como movimientos que deben realizarse con facilidad y alegría. Enseñó que es importante tomarse su tiempo con cada postura y pasar de una postura a otra completamente presente al enfocar la mente en la respiración.
Los sutras nos dicen que el yoga debe realizarse en un estado relajado que tiene como objetivo conectar uno con su cuerpo y combatir la dualidad en la mente. La asana diaria da como resultado un mayor bienestar en el cuerpo y la mente.
4. Pranayama
Pranayama es el control de la respiración. La teoría del yoga establece que la respiración es la forma en que asimilamos e interactuamos con la energía sutil de la fuerza vital que nos rodea. Cuando somos capaces de hacer de la respiración una práctica consciente, podemos vigorizar nuestros cuerpos con esta fuerza vital y cambiar la forma en que nuestro sistema nervioso central reacciona al estrés.
5. Pratyahara
Pratyahara es abstinencia de los sentidos. Esta técnica nos enseña la forma de viajar hacia adentro y encontrar la máxima paz.
El Bhagavad Gita, una antigua escritura hindú, dice que nuestros sentidos se asemejan a un bote en el agua. Cada vez que los cinco sentidos se embelesan con los objetos externos, el barco se balancea por las tumultuosas olas de la percepción de los sentidos.
Cuando desconectamos nuestros sentidos del mundo exterior, somos capaces de sumergirnos en el vasto universo que se encuentra dentro de nosotros mismos.
Creo que esta práctica es otro acto revolucionario en el mundo en el que vivimos hoy. Cada vez que nos sentamos con nosotros mismos e indagamos con curiosidad en nuestro interior, combatimos la nocividad de la constante externalización de la mente a través de las redes sociales, las noticias y el consumismo.
La forma más fácil de practicar pratyahara es cerrar los ojos mientras practicas asana.
6. Dharana
Dharana significa concentración. El enfoque único y puntiagudo de la mente ayuda en la meditación profunda.
Puedes elegir mirar una vela, una estatua de una deidad u otro objeto inmóvil durante la meditación para entrenar la mente de esta manera. Una vez que la mente ha aprendido a enfocarse durante la meditación, podemos llevar este tipo de concentración a nuestra vida diaria.
Cuando somos capaces de hacer una tarea y concentrar toda nuestra energía en ella, podemos realizarla bien y con cuidado. Hoy en día, los medios entrenan la mente para que solo se concentre durante breves períodos de tiempo y para realizar múltiples tareas constantemente. Es importante practicar dharana para vivir de forma consciente.
7. Dhyana
Dhyana es meditación. Mucha gente está nerviosa por comenzar a meditar. Creen que una persona puede ser buena o mala en eso. Sin embargo, la meditación es más un estado que nos supera, que algo que hacemos. Probablemente ha habido ocasiones en las que andabas en bicicleta o leías un libro y sentiste una inmensa sensación de paz, claridad y quietud. La verdad es que estabas meditando. Estabas completamente absorto en el momento presente. Dhyana simplemente nos pide que dediquemos tiempo cada día para invitar a la meditación a nuestras mentes y corazones.
Podemos mejorar nuestras posibilidades de experimentar la meditación si nos sentamos en un espacio tranquilo y usamos pranayama, pratyahara y dharana al unísono.
8. samadhi
Finalmente, samadhi es iluminación. El viaje de las ocho ramas del yoga está destinado a llevarnos del hacer al ser. Una vez que hemos dominado todos los pasos anteriores de los sutras, podemos lograr la faceta más importante de la vida que impulsa nuestro viaje espiritual hacia adelante: la capacidad de permanecer en el momento presente indefinidamente.
Esto no significa que los yoguis estén destinados a quedarse estancados. Sin embargo, los yoguis que han alcanzado el samadhi están desapegados del pasado y del futuro. Cuando realizan una acción, no se detienen en el resultado. Todo se hace con amor, y todo se hace con plena presencia.
Reflexiones finales
El yoga no es una hora que dedicamos a sudar sobre una colchoneta tres veces por semana. El yoga es un camino espiritual con el que se ha comprometido amorosamente y se ha transmitido durante miles de años.
El yoga es un vistazo a cómo los humanos han explorado la espiritualidad, la mente humana, el cuerpo mortal y la naturaleza de la conciencia infinita desde los albores de la civilización.
Cuando nos llamamos yoguis, nos ponemos un manto que nos protege con la sabiduría de miles de gurús y aspirantes espirituales a lo largo de los siglos.
Cuando aprovechamos la sabiduría yóguica, vemos lo importante que es buscar el progreso, tanto espiritual como socialmente.
-Tu guía yogui
Lectura sugerida:
Los Yoga Sutras de Patanjali es un completo manual para el estudio y la práctica del Yoga. Swami comparte consejos prácticos y realistas sobre cómo dominar la mente y lograr la armonía física, mental y emocional. Estas técnicas y principios antiguos permanecen atemporales y brindan conocimiento espiritual y sabiduría para todos los buscadores.
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